¿Cuál es la causa de este dolor en mi espalda?

El dolor de espalda es una razón común de absentismo laboral y de consulta médica Puede ser incómodo y debilitar.

Puede ser el resultado de una lesión, actividad y algunas enfermedades. El dolor de espalda puede afectar a personas de cualquier edad, por diferentes motivos. A medida que las personas envejecen, aumentan las posibilidades de desarrollar dolor lumbar, lo cual se debe a factores como su ocupación anterior y la enfermedad degenerativa de los discos.

El dolor en la espalda baja puede estar relacionado con la columna ósea lumbar, los discos entre las vértebras, los ligamentos alrededor de la columna y los discos, la médula espinal y los nervios, los músculos lumbares, los órganos internos abdominales y pélvicos, y con la piel alrededor del área lumbar.

El dolor en la espalda alta puede deberse a trastornos de la aorta, tumores en el pecho e inflamación de la columna.

CAUSAS:

Los problemas de la columna vertebral, como la osteoporosis, pueden provocar dolor de espalda.

La espalda humana está compuesta por una estructura compleja de músculos, ligamentos, tendones, discos y huesos, que trabajan juntos para sostener el cuerpo y permitirnos movernos.

Los segmentos de la columna vertebral están acolchados con almohadillas similares a cartílagos llamadas discos.

Los problemas con cualquiera de estos componentes pueden provocar dolor de espalda. En algunos casos de dolor de espalda, su causa permanece incierta.

El daño puede resultar de tensión, enfermedades y mala postura, entre otros.

Esfuerzo

El dolor de espalda comúnmente se debe a un esfuerzo, tensión o lesión. Las siguientes son causas comunes del dolor de espalda:

  • músculos o ligamentos tensos
  • un espasmo muscular
  • tensión muscular
  • daño en los discos
  • lesiones, fracturas o caídas

Las actividades que pueden provocar presión o espasmos incluyen:

  • levantar algo incorrectamente
  • levantar algo que es demasiado pesado
  • hacer un movimiento brusco e incómodo

Problemas estructurales

Varios problemas estructurales también pueden provocar dolor de espalda.

  • Discos rotos: cada vértebra en la columna vertebral está protegida por los discos. Si el disco se rompe, habrá más presión sobre los nervios causando dolor de espalda.
  • Hernia de disco: de la misma manera que un disco roto, una hernia de disco también puede producir más presión sobre un nervio.
  • Ciática: un disco herniado que presiona un nervio causa un dolor agudo y punzante que viaja a través del glúteo y baja por la parte posterior de la pierna.
  • Artritis: la osteoartritis puede causar problemas en las articulaciones de las caderas, la parte inferior de la espalda y otros lugares. En algunos casos, el espacio alrededor de la médula espinal se estrecha. Esto se conoce como estenosis espinal.
  • Curvatura anormal de la columna vertebral: si la columna vertebral se curva de forma inusual, se puede producir dolor de espalda. Un ejemplo es la escoliosis, en la que la columna vertebral se curva hacia un lado.
  • Osteoporosis: los huesos, incluidas las vértebras de la columna vertebral, se vuelven frágiles y porosos, lo que hace que las fracturas por compresión sean más probables.
  • Problemas renales: los cálculos renales o la infección renal pueden causar dolor de espalda.

Movimiento y postura:

El dolor de espalda también puede ser el resultado de algunas actividades cotidianas o una mala postura.

Estos son algunos ejemplos:

  • torsión
  • tos o estornudos
  • tensión muscular
  • estirarse demasiado
  • doblarse con cierta torpeza o durante largos períodos
  • empujar, tirar, levantar o cargar algo
  • estar de pie o sentado por largos períodos
  • tensionar el cuello hacia adelante, como al conducir o usar una computadora
  • conducir sin descanso, incluso sin estar encorvado
  • dormir en un colchón que no brinda soporte al cuerpo y hace que la columna se mantenga recta

Otras causas

Algunas enfermedades pueden provocar dolor de espalda.

  • Síndrome de la cola de caballo: la cola de caballo es un conjunto de raíces nerviosas de la columna que surgen del extremo inferior de la médula espinal. Los síntomas incluyen un dolor sordo en la espalda baja y la parte superior de los glúteos, así como entumecimiento en los glúteos, los genitales y los muslos. A veces, hay alteraciones de la función intestinal y de la vejiga.
  • Cáncer de columna: un tumor en la columna vertebral puede ejercer presión contra un nervio y provocar dolor de espalda.
  • Infección en la columna: la fiebre y una zona sensible y cálida en la espalda podrían deberse a una infección en la columna.
  • Otras infecciones: la enfermedad inflamatoria pélvica, las infecciones en la vejiga o en los riñones también pueden provocar dolor de espalda.
  • Trastornos del sueño: las personas con trastornos del sueño tienen más probabilidades de experimentar dolor de espalda en comparación con otras personas.
  • Culebrilla: una infección que puede afectar los nervios podría provocar dolor de espalda. Esto depende de qué nervios se ven afectados.
Factores de riesgo

Los siguientes factores están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar dolor lumbar:

  • actividades ocupacionales
  • embarazo
  • un estilo de vida sedentario
  • mala condición física
  • edad avanzada
  • obesidad y exceso de peso
  • fumar
  • ejercicio físico o trabajo extenuante, especialmente si se hace en forma incorrecta
  • factores genéticos
  • enfermedades, como artritis y cáncer

El dolor lumbar también tiende a ser más común en mujeres que en hombres, posiblemente debido a factores hormonales. El estrés, la ansiedad y los trastornos del estado de ánimo también se han relacionado con el dolor de espalda.

Síntomas

El síntoma principal del dolor de espalda es una molestia o dolor en cualquier parte de la espalda y, a veces, hasta en los glúteos y las piernas.

Algunos problemas de espalda pueden causar dolor en otras partes del cuerpo, dependiendo de los nervios que se vean afectados.

El dolor a menudo desaparece sin tratamiento, pero si se presenta con cualquiera de los siguientes, es necesario consultar a un médico:

  • pérdida de peso
  • fiebre
  • inflamación o hinchazón en la espalda
  • dolor de espalda persistente, que no se alivia al acostarse o descansar
  • dolor en las piernas
  • dolor que se extiende por debajo de las rodillas
  • una lesión, golpe o trauma reciente en la espalda
  • incontinencia urinaria
  • dificultad para orinar
  • incontinencia fecal o pérdida del control de las evacuaciones
  • entumecimiento alrededor de los genitales
  • entumecimiento alrededor del ano
  • entumecimiento alrededor de los glúteos

Cuándo consultar a un médico

Debes buscar ayuda médica si experimentas entumecimiento u hormigueo, o si el dolor de espalda:

  • no mejora con descanso
  • después de una lesión o caída
  • con entumecimiento en las piernas
  • con debilidad
  • con fiebre
  • con pérdida inexplicable de peso
Diagnóstico

Por lo general, un médico podrá diagnosticar el dolor de espalda después de preguntar sobre los síntomas y realizar un examen físico.

Es posible que se requiera una exploración por imágenes y otras pruebas si:

  • el dolor de espalda parece ser el resultado de una lesión
  • podría haber una causa subyacente que necesite tratamiento
  • el dolor persiste durante un largo período

Una radiografía, una resonancia magnética o una tomografía computarizada pueden brindar información sobre el estado de los tejidos blandos de la espalda.

  • Las radiografías pueden mostrar la alineación de los huesos y detectar signos de artritis o huesos rotos, pero es posible que no revelen daños en los músculos, la médula espinal, los nervios o los discos.
  • Las resonancias magnéticas o tomografías computarizadas pueden revelar hernias de disco o problemas con tejidos, tendones, nervios, ligamentos, vasos sanguíneos, músculos y huesos.
  • Las tomografías óseas pueden detectar tumores o fracturas por compresión en los huesos causadas por la osteoporosis. Se inyecta una sustancia radiactiva o marcador dentro de una vena. El marcador se concentra en los huesos y ayuda al médico a detectar problemas en los huesos con la ayuda de una cámara especial.
  • La electromiografía o EMG mide los impulsos eléctricos producidos por los nervios en respuesta a los músculos. Esto puede confirmar la compresión del nervio, que puede ocurrir por una hernia de disco o una estenosis espinal.

El médico también podría ordenar un análisis de sangre si sospecha que hay una infección.

Otros tipos de diagnóstico

  • Un quiropráctico mide los impulsos eléctricos producidos por los nervios en respuesta a los músculos. La quiropráctica se conoce como un abordaje directo, con especial atención en el ajuste de las articulaciones espinales. Un quiropráctico también podría querer ver los resultados de las exploraciones por imágenes y cualquier análisis de sangre y orina.
  • Un osteópata también diagnostica mediante palpación e inspección visual. La osteopatía implica estiramientos lentos y rítmicos, conocidos como técnicas de movilización, presión o indirectas, y manipulación de articulaciones y músculos.
  • Un fisioterapeuta se enfoca en diagnosticar problemas en las articulaciones y tejidos blandos del cuerpo.

¿Dolor crónico o agudo?

El dolor de espalda se clasifica en dos tipos:

  • El dolor agudo comienza repentinamente y dura hasta 6 semanas.
  • El dolor crónico o prolongado se desarrolla durante un período más largo, aproximadamente más de 3 meses y causa problemas continuos.

Si una persona tiene tanto episodios ocasionales de dolor de espalda más intenso como dolor leve bastante continuo, puede ser difícil para un médico determinar si el dolor de espalda es agudo o crónico.

Tratamiento

El dolor de espalda suele resolverse con reposo y remedios caseros, pero a veces es necesario un tratamiento médico.

Tratamientos en casa

Los analgésicos de venta libre (OTC, en inglés), generalmente medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, pueden aliviar el malestar. Aplicar una compresa caliente o una bolsa de hielo en el área dolorida también puede reducir el dolor.

Descansar de una actividad intensa puede ayudar, pero moverse aliviará la rigidez, reducirá el dolor y evitará que los músculos se debiliten.

Tratamiento médico

Si los tratamientos caseros no alivian el dolor de espalda, un médico puede recomendar los siguientes medicamentos, fisioterapia o ambos.

Medicamentos: si el dolor de espalda no responde bien a los analgésicos de venta libre, es posible que se necesite un AINE con receta. La codeína o hidrocodona, que son narcóticos, podrían ser recetados por períodos cortos. Estos requieren una estrecha vigilancia por parte del médico. En algunos casos, se pueden utilizar relajantes musculares.

Es posible que receten antidepresivos, como la amitriptilina, pero se está investigando su efectividad y la evidencia es contradictoria.

Fisioterapia: la aplicación de calor, hielo, ultrasonido y estimulación eléctrica, así como algunas técnicas de liberación de los músculos de la espalda y los tejidos blandos, puede ayudar a aliviar el dolor.

A medida que el dolor mejora, el fisioterapeuta puede introducir algunos ejercicios de flexibilidad y fortalecimiento para la espalda y los músculos abdominales. Las técnicas para mejorar la postura también pueden ayudar.

Se recomendará al paciente que practique esas técnicas con regularidad, incluso después de que el dolor haya desaparecido, para prevenir la recurrencia del dolor de espalda.

Inyecciones de cortisona: si otras opciones no son efectivas, estas inyecciones pueden administrarse en el espacio epidural, alrededor de la médula espinal. La cortisona es un fármaco antiinflamatorio. Ayuda a reducir la inflamación alrededor de las raíces nerviosas. Las inyecciones también pueden usarse para adormecer las áreas que se cree que causan el dolor.

Botox: se cree que el Botox (toxina del botulismo), según algunos estudios preliminares, reduce el dolor al paralizar las distensiones musculares durante un espasmo. Estas inyecciones son efectivas durante aproximadamente 3 a 4 meses.

Tracción: se utilizan poleas y pesos para estirar la espalda. Esto puede hacer que una hernia de disco vuelva a su posición. También puede aliviar el dolor, pero solo mientras se aplica tracción.

Terapia cognitivo conductual (TCC): la TCC puede ayudar a controlar el dolor de espalda crónico mediante la fomentación de nuevas formas de pensar. Puede incluir técnicas de relajación y formas de mantener una actitud positiva. Los estudios han encontrado que los pacientes con TCC tienden a volverse más activos y hacer ejercicio, lo que resulta en un menor riesgo de recurrencia del dolor de espalda.

Terapias complementarias

Las terapias complementarias pueden utilizarse junto con terapias convencionales o solas.

La quiropráctica, la osteopatía, el shiatsu y la acupuntura pueden ayudar a aliviar el dolor de espalda, además de ayudar al paciente a sentirse relajado.

  • Un osteópata se especializa en el tratamiento del esqueleto y los músculos.
  • Un quiropráctico trata problemas de articulaciones, músculos y huesos. El enfoque principal es la columna vertebral.
  • El shiatsu, también conocido como terapia de presión con los dedos, es un tipo de masaje en el que se aplica presión a lo largo de las líneas de energía del cuerpo. El terapeuta de shiatsu aplica presión con sus dedos, pulgares y codos.
  • La acupuntura se origina en China. Consiste en insertar finas agujas en puntos estratégicos del cuerpo. La acupuntura puede ayudar al cuerpo a liberar sus analgésicos naturales, las endorfinas, además de estimular el tejido nervioso y muscular.
  • El yoga implica posiciones y movimientos específicos y ejercicios de respiración. Algunos pueden ayudar a fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la postura. Se debe tener cuidado de que los ejercicios no empeoren el dolor de espalda.

Los estudios sobre terapias complementarias han dado resultados desiguales. No todas las personas han experimentado un beneficio significativo. Es importante, al considerar terapias alternativas, utilizar un terapeuta bien calificado y registrado.

La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) es una terapia popular para pacientes con dolor de espalda crónico. El dispositivo envía pequeños pulsos eléctricos al cuerpo a través de electrodos que se colocan sobre la piel.

Los expertos creen que la ENET estimula al cuerpo a producir endorfinas y puede bloquear las señales de dolor que regresan al cerebro. Los estudios sobre ENET han arrojado resultados desiguales. Algunos no revelaron beneficios, mientras que otros indicaron que podría ser útil para algunas personas.

Un dispositivo de ENET debe usarse bajo la dirección de un médico o profesional de la salud.

No debe ser utilizado si la persona:

  • está embarazada
  • tiene un historial de epilepsia
  • tiene un marcapasos
  • tiene antecedentes de enfermedad cardíaca

La ENET se considera “segura, no invasiva, económica y amigable para el paciente” y parece reducir el dolor, pero se necesitan más pruebas para confirmar su eficacia para mejorar los niveles de actividad.

Puedes comprar en línea dispositivos de ENET y otros métodos de alivio del dolor.

Cirugía

La cirugía para el dolor de espalda es muy poco común. Si un paciente tiene una hernia discal, la cirugía puede ser una opción, especialmente si hay dolor persistente y compresión de los nervios que pueden provocar debilidad muscular.

Los ejemplos de procedimientos quirúrgicos incluyen:

  • Fusión: dos vértebras se unen con un injerto óseo insertado entre ellas. Las vértebras se entablillan con placas de metal, tornillos o jaulas. Existe un riesgo significativamente mayor de que se desarrolle artritis posteriormente en las vértebras adyacentes.
  • Disco artificial: se inserta un disco artificial, el cual sustituye el cartílago entre dos vértebras.
  • Discectomía: se puede extraer una parte de un disco si irrita o presiona contra un nervio.
  • Extracción parcial de una vértebra: se puede extraer una pequeña sección de una vértebra si pellizca la médula espinal o los nervios.

Inyectar células para regenerar los discos de la columna: Científicos de la Universidad de Duke, Carolina del Norte, desarrollaron nuevos biomateriales que pueden administrar una inyección de refuerzo de células reparadoras al núcleo pulposo, eliminando efectivamente el dolor causado por la enfermedad degenerativa de los discos.

Prevención

Los pasos para reducir el riesgo de desarrollar dolor de espalda consisten principalmente en abordar algunos de los factores de riesgo.

Hacer ejercicio: el ejercicio regular ayuda a desarrollar fuerza y controlar el peso corporal. Las actividades aeróbicas de bajo impacto guiadas pueden mejorar la salud del corazón sin esforzar ni tironear la espalda. Antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, habla con un profesional de la salud.

Hay dos tipos principales de ejercicio que las personas pueden hacer para reducir el riesgo de que se desarrolle dolor de espalda:

  • Los ejercicios de fortalecimiento de la parte media del cuerpo trabajan los músculos abdominales y de la espalda, lo que ayuda a fortalecer los músculos que protegen la espalda.
  • El entrenamiento de flexibilidad tiene como objetivo mejorar la flexibilidad de la parte central del cuerpo, incluida la columna vertebral, las caderas y la parte superior de las piernas.

Dieta: asegúrate de que tu dieta incluya suficiente calcio y vitamina D, ya que son necesarios para la salud ósea. Una dieta saludable también ayuda a controlar el peso corporal.

Fumar: un porcentaje significativamente mayor de fumadores experimenta incidencia de dolor de espalda en comparación con los no fumadores de la misma edad, altura y peso.

Peso corporal: el peso que cargan las personas y el lugar donde lo tienen afecta el riesgo de desarrollar dolor de espalda. La diferencia en el riesgo de experimentar dolor de espalda entre individuos obesos y de peso normal es considerable. Las personas que soportan su peso en el área abdominal en comparación con los glúteos y el área de la cadera también tienen un mayor riesgo.

Postura al estar de pie: asegúrate de tener una posición pélvica neutral. Párate erguido, con la cabeza mirando hacia adelante, la espalda recta y equilibra tu peso uniformemente sobre ambos pies. Mantén las piernas rectas y la cabeza alineada con la columna.

Postura al sentarse: una buena silla para trabajar debe tener un buen respaldo, apoyabrazos y una base giratoria. Al sentarte, trata de mantener las rodillas y las caderas niveladas y mantén los pies apoyados en el suelo, o usa un banquillo. Idealmente, deberías poder sentarte erguido con apoyo en la parte baja de la espalda. Si usas un teclado, asegúrate de que tus codos estén en ángulo recto y que tus antebrazos queden horizontales.

Al levantar objetos: cuando levantes cosas, usa tus piernas para hacer el levantamiento, en lugar de tu espalda.

Mantén tu espalda lo más recta que puedas y mantén los pies separados con una pierna ligeramente hacia adelante para que puedas mantener el equilibrio. Dobla solo las rodillas, mantén el peso cerca de tu cuerpo y estira las piernas mientras cambias la posición de tu espalda lo menos posible.

Es inevitable que dobles la espalda al inicio, pero al hacerlo, trata de no agacharte y asegúrate de tensar los músculos del estómago para que la pelvis se contraiga. Lo más importante es que no estires las piernas antes de levantar objetos, o harás que la espalda realice la mayor parte del trabajo.

No levantes un objeto y gires al mismo tiempo: si algo es particularmente pesado, ve si puedes levantarlo con la ayuda de otra persona. Al levantar el objeto, mira hacia adelante, no hacia arriba o hacia abajo, de modo que la parte posterior de tu cuello quede como una línea recta continua desde tu columna.

Al mover objetos: es mejor para la espalda empujar cosas por el suelo, utilizando la fuerza de las piernas, en lugar de levantarlas.

Zapatos: los zapatos bajos ejercen menos presión sobre la espalda.

Conducir: es importante tener el apoyo adecuado para tu espalda. Asegúrate de que los espejos retrovisores exteriores estén colocados correctamente para que no tengas que girar. Los pedales deben estar directamente frente a tus pies. Si debes manejar por largo tiempo, haz muchas paradas. Sal del vehículo y camina.

En la cama: debes tener un colchón que mantenga la columna recta, y que al mismo tiempo soporte el peso de tus hombros y glúteos. Usa una almuada, pero no una que fuerce tu cuello en un ángulo pronunciado.