AYUNOS DE DOPAMINA: «RESETEA» TU CEREBRO:
“Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible” Plutarco
No es la primera vez que mencionamos la palabra “ayuno” en este blog. Primero hablamos del ayuno intermitente, basado en introducir períodos en el día donde no ingerimos alimento.
En un segundo artículo hablamos del ayuno informativo, con la misma filosofía que el anterior pero en lugar de restringir la entrada de alimento en nuestro cuerpo, restringimos la entrada de información en nuestra mente.
Hoy toca ir un paso más allá y hablar de los ayunos de dopamina, la última moda en Sillicon Valley, desarrollado por el psicólogo Cameron Sepah.
¿QUÉ ES LA DOPAMINA?
La dopamina es un neurotransmisor producido en el cerebro que actúa como mensajero químico. Viaja por el cerebro enviando señales relacionadas con funciones como el control motor, la memoria, la excitación y el sistema de recompensa (mecanismo por el que nuestro cerebro relaciona ciertas situaciones al placer).
La dopamina es beneficiosa y necesaria, pero como todo, en exceso es perjudicial. Recordando una gran frase, todo en su extremo se convierte en lo opuesto, y la dopamina no es una excepción.
Lo ideal es situar este neurotransmisor en un término medio. Poca dopamina puede generar trastornos como el parkinson y otros problemas de salud. (+ detalle)
Pero, y aquí llega el foco de este artículo, niveles elevados de dopamina también pueden ser muy problemáticos, ya que están relacionados con problemas como las adicciones.
Como ya vimos en un artículo sobre el hedonismo, la sociedad actual nos ofrece cada vez más placer por menos esfuerzo, alternado nuestros sistemas de recompensa y cambiando nuestro cerebro.
El ser humano y cualquier ser vivo ha evolucionado esforzándose para obtener una recompensa. En el paleolítico, si queríamos cazar una presa o recoger agua en un pozo situado a 10 kilómetros de nuestro asentamiento, debíamos poner de nuestra parte.
Lo mismo les ocurre a los grandes cazadores del mundo salvaje como el tigre de bengala, que necesita 10 intentos de caza para hacerse con una sola presa. 9 de cada 10 veces, el gran felino no obtiene nada pese a su esfuerzo.
Sin embargo, en la actualidad el ser humano tiene todo a golpe de click. Comida, entretenimiento ilimitado con netflix y compañía, cualquier objeto para comprar online, videojuegos, pornografía… toneladas de dopamina que segrega nuestro cerebro sin haber hecho esfuerzo alguno.
Las cosas nos satisfacen no tanto por la meta sino más por nuestro trabajo durante el proceso. Satisfacer nuestras necesidades pulsando un botón modifica nuestro cerebro.
Imaginemos dos personas que suben a una alta montaña: una de ellas lo hace en helicóptero y la otra tras varios días de ascenso, duros momentos, temporales que le obligan a acampar… Si, la meta ha sido la misma, pero la satisfacción del segundo será mucho mayor que la del primero.
Lo que promulgan los defensores del ayuno de dopamina es que reduciendo el consumo de comida basura, alcohol, pornografía, redes sociales y tecnología en general podemos reiniciar el cerebro para apreciar las cosas simples de la vida y no generar adicciones.
Uno de los principales síntomas de un problema creciente (sobre todo en jóvenes) como es la depresión está en la “anhedonia”, concepto caracterizado por una falta de deseo, interés y placer en experiencias normalmente gratificantes, muy asociado a niveles alterados de dopamina.
De hecho los fármacos antidepresivos básicamente lo que hacen es meter un “chute” de dopamina al cerebro.
ASÍ FUNCIONA EL AYUNO DE DOPAMINA
“He vivido una larga vida… pero me gustaría haber tenido más seguidores en Instagram” dijo nunca nadie en su lecho de muerte.
Es clave entender que las redes sociales, videojuegos y demás no son malos de por sí, pero sus creadores las diseñaron para hacernos adictos a ellas y usarlas cada vez más tiempo.
Por ejemplo, las redes sociales utilizan técnicas neuroquímicas para mantenernos “enganchados”, variando la frecuencia de las notificaciones para mantener nuestra atención de forma constante.
Las actividades que elevan la dopamina tienen un denominador común: la gratificación instantánea, conviertiéndonos cada vez en seres menos pacientes que queremos cualquier cosa ahora mismo.
Solo ver esta imagen en nuestro teléfono ya segrega serotonina. Es probable que incluso sientas placer al visualizarla.
El cerebro tiene mucha plasticidad y como aún no ha evolucionado demasiado en los últimos miles de años, sigue siendo un órgano bastante simple que se puede perder en el hiperestimulado entorno actual.
Nuestro cerebro busca el placer lo que de nuevo, en un entorno salvaje nos salvó la vida: el placer del calor de una hoguera nos podía salvar de morir de frío, el placer de disponer comida tras el esfuerzo de un día de caza… Era un placer que llevaba implícito un esfuerzo y un significado.
Actualmente, obtener placer es tan sencillo que nunca estamos satisfechos, aumentando con el tiempo nuestro umbral de placer, necesitando cada vez más para sentir la misma sensación y entrando en un círculo vicioso.
Todo se resume en que si hacemos algo placentero, nuestro cerebro querrá repetirlo. Y cuando el placer está por todas partes, esto es peligroso.
De ahí que hacer cosas incómodas o poco agradables regule los niveles de dopamina y desarrolle valores tan importantes como la constancia o la superación.
El cerebro siempre buscará el placer a corto plazo, sin reflexionar sobre las consecuencias de ello a la larga y es por ello que hay que entrenar el cerebro como si fuera un músculo.
CONSECUENCIAS DEL EXCESO DE DOPAMINA
-Breve capacidad de atención: estamos en un entorno tan hiperestimulado que cada vez nos cuesta más permanecer concentrados. A menudo no somos capaces de atender durante determinado tiempo a un vídeo, a un libro o incluso a una persona que nos está hablando.
-Adicción a la gratificación instantánea: buscar solo aquello que proporcione un beneficio inmediato, sin adentrarse en actividades que requieran tiempo y esfuerzo (que son en realidad las que merecen la pena).
-Insatisfacción y ansiedad: cuando vives rodeado de placer, suceden dos cosas. La primera, que cada vez necesitas más placer para sentirte a gusto y la segunda, dejas de apreciar las cosas más sencillas de la vida, porque el umbral de lo que consideras agradable se encuentra muy elevado.
-Cambios en la personalidad: vivir conectados a las fuentes de dopamina como son las redes sociales ha demostrado causar una baja autoestima, mayor negatividad y necesidad de confirmación ajena, convirtiendo a todo el mundo en nuestro juez.
Y una de las peores cosas que existen es actuar en base a lo que opinen los demás.
COMO HACER LOS AYUNOS DE DOPAMINA
La respuesta corta es: reduce el tiempo que pasas realizando aquello que te produce un placer instantáneo.
La propuesta de duración de los ayunos de dopamina es la siguiente:
- 1-4 horas al día
- 1 día entero del fin de semana
- 1 fin de semana entero por trimestre
- 1 semana entera al año (vete de vacaciones, leche)
Durante estos periodos se debe eliminar cualquier cosa que estimule la dopamina: redes sociales, comida basura, videojuegos, pornografía, series, películas… ¿estás dispuesto?
El Dr. Cameron Sepah habla de 5 conductas compulsivas que suelen ser problemáticas y generan adicción:
♦Comer emocional: durante un ayuno de dopamina se puede ingerir alimento, pero elimina aquellos altamente gratificantes y adictivos, es decir, la comida basura.
♦Internet / videojuegos: durante 4 horas al día, cero internet. Puedes leer, meditar, pasear, hacer ejercicio, cocinar… pero desengánchate de la red.
♦Juegos de apuestas / compras: dos conceptos muy relacionados aunque no lo parezca, ya que implican gastar dinero para obtener una recompensa y a los que solemos recurrir como parche ante emociones negativas en lugar de analizar el origen de las mismas.
♦Porno / Masturbación: los comportamientos sexuales impulsivos (comenzados sin una intención clara) o compulsivos (repetidos sin una intención clara) son algo a evitar.
♦Drogas recreativas: incluyendo alcohol y tabaco, que aunque estén socialmente aceptadas no dejan de ser veneno para el cuerpo y la mente.
Obviamente está a otra nivel, pero hay personas que también pueden necesitar un ayuno de cafeína.
Evidentemente hay comportamientos como el consumo de drogas o las compras/apuestas compulsivas que es mejor eliminar para siempre. Pero como no es bueno pasar de un extremo a otro, si crees que tienes un problema con estos aspectos empiezan por los tiempos marcados en el apartado anterior.
BENEFICIOS DEL AYUNO DE DOPAMINA
-Más disciplina=más libertad: todo lo que merece la pena requiere tiempo y esfuerzo. Al vivir sobreestimulados de dopamina, estamos enfocando nuestro cerebro en lo contrario.
-Zona de confort más amplia: si te expones a la incomodidad de forma puntual, tu zona de confort se ampliará y te sentirás más a gusto en cada vez más situaciones, incluso en aquellas que antes te resultaban adversas. Al volvernos adictos a la comodidad nos convertimos en seres carentes de motivación y entusiasmo por hacer cosas.
-Más creatividad e imaginación: cuando eliminas los estímulos externos te quedas a solas con tus pensamientos y aunque el diálogo mental no siempre es agradable, esto es muy beneficioso para nuestra salud mental y para crear conceptos y unir unos con otros en nuestra mente.
-Una vida con mayor significado: para conocer como el hedonismo puede destruir tu vida, conozcamos la historia de Marco Aurelio, emperador romano y su hermano Lucio.
A pesar de ser hermanos, eran como el día y la noche. Marco dedicaba buena parte de su tiempo la investigación filosófica y la disciplina, evitando fiestas y juegos en favor de los estudios y la superación personal.
Sin embargo, su hermano Lucio era conocido por sus extravagantes fiestas, llegando a organizar una que costaba el equivalente al salario anual de todo el ejército romano.
Marcus investigaba y Lucio bebía. Lucio abandonó lo poco que estudiaba en busca de más libertad y ocio mientras que Marco Aurelio seguía su camino.
Pasados los años, el ritmo de vida de Lucio acabó por devorarle. Cuentan que se balanceaba de un lado para otro por las calles de Roma, con altibajos emocionales muy pronunciados. Lucio terminó muriendo joven debido a su alcoholismo mientras que Marco terminó gobernando el imperio romano, cumpliendo con su propósito y llevando una vida plena.