La respiración es una de las funciones principales de los organismos vivos. Es gracias a ella que obtenemos el oxígeno, el cual es un elemento fundamental para poder fabricar la energía que necesitamos. De esta manera, respirar de forma correcta ayuda a mejorar el funcionamiento de todo nuestro cuerpo, permite que el organismo se «recargue» a todos los niveles y también puede inducirnos relajación y tranquilidad permitiéndonos reducir la ansiedad.
¿Qué es la respiración consciente?
La respiración consciente se usa para aliviar el dolor, el insomnio, problemas digestivos, presión arterial alta y sobre todo, baja energía. También sirve para mejorar la concentración, la creatividad y el rendimiento cognitivo. En esta oportunidad, aprenderás la importancia de la respiración para la relajación y para reducir la ansiedad
Existen muchos tipos de ejercicios respiratorios: desde concentrarse simplemente en sentir el aire que entra y sale lentamente de nuestros pulmones, hasta ejercicios mas sofisticados en los que se va respirando alternativamente por una fosa nasal y luego por la otra. Uno de los ejercicios más utilizados y que es la base para otros tipos de respiración, es la respiración abdominal. También es conocida como respiración ventral (de vientre), respiración natural o respiración diafragmática, y consiste en respirar utilizando de manera consciente el diafragma. Este último es un tejido compuesto de músculo y tendones cuya función es hacer posible la respiración mediante la movilidad que le da a los pulmones. Es esta la forma natural (biológica) de respirar y no utilizando los músculos del tórax que es como comúnmente se cree que debe ser.
¿Cómo hacer la respiración consciente?
- Ponte en un lugar cómodo y donde puedas sentirte tranquile.
- Túmbate en el suelo o en la cama. Dobla las rodillas sin separar las plantas de los pies del suelo y separando los pies unos 20 cm.
- Explora tu cuerpo en búsqueda de signos de tensión o ansiedad.
- Coloca una mano sobre el abdomen y otra sobre el tórax.
- Toma aire lenta y profundamente por la nariz en 4 tiempos, mientras vas relajando e «inflando» el abdomen. Espera 4 tiempos antes de botar el aire.
- Al expulsar el aire, debes hacerlo por la nariz en 4 tiempos, tratando de expulsar todo el aire, a la vez que vas tensando y «desinflando» suavemente el abdomen. Espera 4 tiempos antes de volver a inhalar.
- Es importante que durante el ejercicio el tórax permanezca lo mas quieto posible.
- Considera los 4 tiempos como una medida subjetiva que a ti te acomode. Para algunes los 4 tiempos son más rápidos, y para otres son más lentos. Lo importante es que te sientas cómode realizando respiraciones lo más profundas, suaves y lentas posibles. Con el tiempo, podrás ir aumentando la duración de los 4 tiempos a medida que te ejercites, desarrolles la práctica y mejores tu capacidad pulmonar.
- Repite el ciclo (inhalar/inflar en 4 tiempos, esperar 4 tiempos, exhalar/desinflar en 4 tiempos, esperar 4 tiempos) por lo menos unas 10 veces cada vez que lo hagas. A medida que lo vayas practicando, con el tiempo desarrollarás la coordinación necesaria y podrás hacerlo en cualquier momento y lugar sin necesidad de tanto esfuerzo o concentración. Incluso hay quienes integran este tipo de respiración a su cotidiano y aprenden a respirar de esta forma durante la mayor parte del día.
- Desarrolla el hábito de practicar esta respiración una o dos veces al día. También te será muy útil practicarla en instancias que sientas ansiedad, estrés o mucha preocupación. Finalmente, también es una muy buena técnica para lograr conciliar el sueño.
Recomendaciones
- Se respetuoso con tus tiempos y límites. Tómalo como ir al gimnasio o aprender una coreografía, no seas duro o dura contigo misme si no resulta a la primera.
- Respirar con consciencia tiene una influencia positiva en la manera en la que nos movemos, pensamos e interactuamos con otres. Prueba respirar de esta manera mientras vives una conversación o situación delicada.
- Ser conscientes de nuestro cuerpo y respiración nos permite situarnos en el aquí y ahora, comprender el momento en que estamos y reducir las preocupaciones futuras que son pura fantasía (no están ocurriendo en el presente, no existen). Si durante la práctica te mantienes atente a las sensaciones de tu cuerpo, estarás sumando a este ejercicio todos los beneficios de la meditación.
Estaremos lejos, pero no distantes
Los estados emocionales no son abstractos, son cuerpo. Conociendo el cuerpo comprenderemos de mejor manera las emociones. Siendo la respiración uno de los procesos fundamentales de nuestro cuerpo vivo, el aprender a regularla nos permite, directamente, aprender a regular las emociones.
Mantente saludable.
Judith Sthepanie Miño Ramos
Psicóloga Clínica, Universidad San Sebastián
Diplomada en Psicología Clínica, Universidad San Sebastián
Psicóloga Clínica en Centro Árbol