La belleza que depende de tus hábitos y no de tu genética:

Piensa en algo que todos tengamos, en tu teléfono móvil por ejemplo. Los primeros días de tenerlo lo llevabas casi entre cojines de un lado a otro (y más si es un iPhone). Después empezaste a descuidarlo: le desenchufabas de la corriente sin que estuviera cargado del todo, se te cayó alguna vez por despiste al suelo… y con el tiempo empezó a fallar y a darte problemas.

Con los hábitos de belleza pasa lo mismo. Si les dedicas tiempo, mejor te verás, pero si te descuidas y empiezas a ‘maltratarte’ acabarás dañando tu producto más preciado: tu propio cuerpo.

De esto habla la farmacéutica Meritxell Martí en su libro Vivir sano, sentirse bien (JdeJ Editores). Como interesada del cuidado, en general, por el tema anti-aging y, por ende, por la belleza, sabe cómo debemos cuidarnos para evitar algunos de los errores más comunes, como el caso de algo tan básico como son las horas de sueño.

Lo de que las supermodelos recomienden dormir ocho horas me parece genial, pero entre que mañana tienes reunión entrega de un trabajo/te despiertan los niños, acaba siendo muchas veces imposible. Martí opina que, pese a todo, hay que intentarlo. El sueño reparador es muy importante porque es cuando se regenera el organismo, cuando se fabrica la mayor parte del colágeno.

Dormir ocho horas es como el caminar, todo es empezar: «Es muy importante seguir una rutina de sueño. Irse a dormir a la misma hora, estar en una habitación a oscuras, con tranquilidad, que no haya mucho ruido… A partir de las tres de la tarde nada de excitantes: ni cafeínas, ni aminoácidos», así que es mejor que vayas despidiéndote del café del postre si quieres dormir a pierna suelta.

Si no puedes renunciar a él, te pueden dar una ayuda extra los extractos de hierbas y la melatonina. Le pregunto por el famoso vaso de leche templada antes de ir a la cama: Lleva componentes que ayudan a relajar, aunque hay gente a la que le cuesta digerirla.

Además del cansancio que arrastraremos si no descansamos correctamente, el sueño se nota en la piel. Solo tenéis que comparar cómo os levantáis un día normal y un día que habéis salido de fiesta. Si ahora mismo no te lo notas tanto, ya te acordarás de mí dentro de 10 años. Porque según pasa el tiempo, la piel cambia, se seca y presenta problemas de flacidez ya que con la edad producimos menos hormonas, que influyen en el organismo afirma Martí.

Hazle un favor a tu piel y dedíca un rato para mimarla, ya que una de nuestras asignaturas pendientes son los cuidados rutinarios: no se limpia bien la piel. Hay que limpiarla mañana y noche a no ser que sea muy seca, ya que así estimulas la producción de colágeno. La limpieza de la piel con un gel que se aclare con agua seguido de un tónico debería ser nuestro pan de cada día. Martí aconseja para la noche un exfoliante, a no ser que se tenga piel sensible, y de día una crema hidratante y regenerante.

Empiezo a sospechar que el colágeno, que ya ha salido un par de veces en la conversación, parece ser la clave de todo. Es una proteína que fabrica el propio organismo. Está de moda consumirlo en polvo o en pastillas y está a la venta en farmacias, supermercados o tiendas de dietética. Pero antes de comprarme un colágeno barato prefiero toma una carne o incluso un vasito de gelatina opina Martí. La cantidad diaria recomendada por la farmacéutica es de 5.000 mg diarios, que equivale a dos vasos de gelatina al día (sin azúcar mejor, claro).

Y es que llevar una dieta equilibrada, siguiendo la pirámide nutricional, no tiene por qué necesitar consumir ningún producto extra, pero, como dice Martí los suplementos son un plus. Siempre aconsejo tomar Omega 3 u Omega 6, que se encuentra en el aceite de borraja. El zinc, también va muy bien. Si hablamos de la piel lo mejor son los antioxidantes, que ayudan a atacar los radicales libres.